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Cinco veces en las que Alexander McQueen revolucionó la moda

Pablo Andrés Ramírez -@theitreporter

McQueen fue un visionario que configuró su obra bajo la estética de lo oscuro, lo profano y lo artístico. Un diseñador londinense que dedico su carrera a plasmar las fantasías que recorrían su mente y que se tambaleaban entre la depresión, las drogas y la inhóspita creatividad. Un hombre para que el que la moda iba más allá de las prendas.



Primavera/Verano 2001 | Colección Voss



Lee Alexander McQueen (1969-2010), fue uno de los diseñadores más brillantes, aclamados y polémicos de la historia de la moda del Siglo XXI. El artista que mediante sus performances en las pasarelas era capaz asombrar, cuestionar e incomodar a la audiencia. Un modisto que supo devolverle a la industria, ese dramatismo teatral en donde las prendas toman vida y se convierten en protagonistas de una historia onírica.

“Del cielo al infierno y de regreso otra vez. La vida es una cosa rara. La belleza puede hallarse en lugares extraños, incluso en los más repugnantes”. Esta leyenda de la moda plasmaba en sus colecciones las visiones que recorrían su mente en las más tortuosas horas y en los placeres más sublimes. La yuxtaposición de extremos era el hilo conductor de su obra: nunca se sabía a qué nuevo universo creativo nos podría llevar.


De princesas delicadas envueltas en tules y organza a mujeres agobiadas por la locura invisible del ser. La imaginación de McQueen se inspiraba en lo que está debajo de la mesa: en lo excluido, juzgado, marginado. En sus pasarelas llevaba la moda a un siguiente nivel, a un plano abstracto, en donde las prendas pasan a ser parte fundamental de la puesta en escena, pues están llenas de simbologías que ayuda a comprender la historia.


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En sus diseños la moda victoriana renacía bajo oscuras siluetas. El futurismo se materializaba en runways donde la tecnología se unía con la moda. Avant-garde y aesthetic en un solo lugar. Fue un hombre capaz de explorar la naturaleza del cuerpo por medio de la apreciación de su belleza; innovando a través de lo repudiado e incomprendido, haciéndonos cuestionar qué es aceptado y qué negado.


La carrera artística de McQueen va más allá de la apuesta comercial; es acerca de la vanguardia, de lo estético, de las visiones que nacen de la melancólica sensibilidad de un personaje rechazado. Con su trabajo, llevó a la industria fashionista a un siguiente plano, obligando al público a ver las historias que se ocultan en las prendas. Demostrando que la comunión entre moda y arte es y siempre será, un hecho.


Fue más que un diseñador: fue un artista que mediante su obra comprendió la moda como un medio de expresión más, que se tambalea entre la inspiración del ser y las posibilidades de arte. Son pocas las personas que logran trasgredir mediante su concepto y es en su honor que aquí están los cinco momentos en los que Alexander McQueen revolucionó el mundo de la moda:



5. Primavera/Verano 1999: moda y tecnología unen sus manos


El siglo XX estaba a punto de terminar, pero el joven Lee todavía tenía varios proyectos en mente antes de acabar la década del noventa. La edición norteamericana de Vogue catalogó la colección N° 13 del diseñador como un performance, no como un desfile de modas. Con diseños vanguardistas, una gama de color neutra y una reiterada apuesta por las transparencias, los conjuntos iban pasando y, cada vez más, el elemento McQueen se hacía presente.


Finalmente, el momento de la magia había llegado: la última modelo salió a escena. Observamos un lienzo en blanco, un vestido de mucho volumen que está a punto de ser transformado en un colorido cuadro. Gracias a la ayuda de dos brazos mecánicos, pintan la prenda mientras la modelo se sumerge en un trance que termina cuando los aparatos dan sus últimas pinceladas. Todos aplauden. McQueen ya era un nombre en la industria.



4. Primavera/Verano 2001: alta costura en un sanatorio mental


Para esta colección titulada VOSS, McQueen emuló la sala de un hospital psiquiátrico, creando un sublime y teatral escenario por el cual las modelos se desplazaban intentando volar con sus vestidos. El chiffon y las plumas fueron los materiales principales para la realización de esta colección, que evocó perfectamente la obra de Hitchcock, The Birds, de una manera un tanto gótica y dramática.


El broche de oro se lo llevó el final del show: luego de escuchar por unos segundos el sonido de un monitor cardíaco, del centro de la pasarela se desplomó un cubículo que dejó ver a una mujer desnuda, la periodista Michelle Olley, cubriendo su rostro con una máscara, respirando por un tubo y rodeada de mariposas. Ahora el diseñador empezaba a llamar mucho más la atención de la prensa internacional con su propuesta avant-garde.



3. Otoño/Invierno 2006: el mítico holograma de Kate Moss


La colección ready-to-wear llamada Widows of Culloden fue sin dudas uno de los momentos epítomes de la carrera de McQueen. Esta propuesta materializada en tonos beige, negro y rojo simuló un paisaje victoriano con un sinfín de criaturas fantásticas. Del romanticismo de las mujeres en sedas y organza, se pasaba al oscuro glamur de las modelos ataviadas con plumas, encaje y piel.


¿La cereza del pastel? Un holograma de la súper modelo británica Kate Moss, inmortalizada en un vestido tan vaporoso y ligero que parecía levitar hasta desintegrarse en el medio de la pasarela. La elección de Kate para tan protagónico papel es importante de resaltar, pues en dicha época, la mayoría de mansiones le cerraron las puertas después de su escándalo con la cocaína. Era un nuevo renacer, para ambos.




2. Primavera/Verano 2010: futurismo en la pasarela


Plato’s Atlantis es el nombre de una de las últimas colecciones de Lee Alexander antes de su suicidio el 11 de febrero de 2010. Con la ayuda del fotógrafo Nick Knight, logró que fuera el primer desfile de modas en la historia en ser transmitido en vivo vía stream, a través de la web SHOWstudio.com. Tantas fueron las personas que querían ver el desfile que la página terminó colapsando.


Fue, además, el lugar en donde el megahit de Lady Gaga, Bad Romance, se estrenó; meses más tarde la cantante utilizaría uno de los outfits de la colección para la grabación del videoclip. El concepto de la pasarela era transmitir tintes ecológicos y futuristas de la mano de estampados de piel de reptil y la introducción de los famosos Armadillo Heels. La gama de colores en tonos fríos como el verde, el azul y el marrón se robaron el protagonismo y ayudaron a completar la atmósfera de las creaciones.


1. Savage Beauty: McQueen se toma el MET


Como es costumbre cada año, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York reúne a las mejores celebridades de la industria para su gala anual, con motivo de una nueva exhibición en honor a la carrera de un diseñador. En 2011, un año después de que el chico malo de la moda nos digiera “adiós”, se le brindó tributo desde las vitrinas de uno de los museos más famosos del mundo.


Fueron más de cien las creaciones que se exhibieron, rememorando los más icónicos looks del británico y visibilizando esa comunión que solo genios como él pueden generar con el arte. Su trabajo en la industria fue romper con las barreras imaginarias que limitaban la creatividad y negaban el ser. A través de sus colecciones materializó sus pesadillas y delirios sombríos, teniendo como base esa sensible visión de la realidad; llevando la moda a un siguiente nivel. #LargaVidaMcQueen



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